Autor: Gustavo Andrés Ramos Oyola.
El álgebra es una rama de las matemáticas que estudia la relación de elementos abstractos, que pueden ser representados ya sea por números, letras, símbolos o alguna cantidad determinada. Generalmente, se piensa que la incursión del álgebra inicia en la secundaria, y esto es lo que ha producido efectos negativos en los estudiantes en cuanto al aprendizaje de ésta.
Desde los primeros años de la vida escolar, el niño trabaja con figuras, objetos o elementos que el maestro le asocia con cosas de la realidad, por ejemplo, la asociación que el niño hace del nombre de una figura con su representación gráfica; también cuando un estudiante debe hallar un número determinado de bananas que haga falta para completar un cantidad total de bananas, más adelante, cuando a ciertos objetos se les da un valor y ellos deben manipular esas cantidades, en una ecuación, y así hasta llegar a niveles algebraicos más complejos. Esto significa que, el álgebra siempre está presente en el proceso escolar del estudiante y que hacer énfasis en actividades relacionadas con esta rama de las matemáticas implica que al niño o joven no se le dificulte comprender el sentido de las matemáticas con la vida cotidiana, ya que por medio de esta relación, los estudiantes podrán ser capaces de asociar cada temática que le son enseñadas con los métodos o elementos que ellos vean más fáciles, esto se ve reflejado cuando en un grupo de alumnos hay respuestas variadas para un mismo problema, teniendo en cuenta que la mayoría de esas respuestas dan solución a la situación que se está planteando.
Pero lo anterior sería una realidad si muchos docentes identifican al álgebra no como una parte de las matemáticas complejamente abstracta en la que se necesita un amplio conjunto de conceptos, sino como el desarrollo de diversas actividades acordes a cada nivel o grado escolar en la que el estudiante comprenda la significación de una variable y la relación de ésta con algún otro objeto, por ejemplo, para un niño de tercer grado, la medida de un lado de una puerta del salón de clase está representada por un juguete (que sería la variable); al momento de medir, el estudiante se le hará más sencillo asociar esa medida con la variable que se asignó, y así pueden haber muchos casos.
Un gran problema por el cual muchos maestros no asumen este proceso adecuadamente es porque desde un inicio han tenido una concepción errónea de la enseñanza de las matemáticas. Piensan que simplemente es impartir un tema y tratar de sacar una calificación por medio de la realización de una serie de ejercicios “enseñados previamente”, y esto se debe a que desconocen los modelos pedagógicos que se deben trabajar, es decir, siempre se han quedado con lo tradicional y no llevan un proceso de enseñanza con un modelo pedagógico constructivista o que atienda las necesidades de sus estudiantes. Ahora, es esta la razón por la cual muchos niños y jóvenes se sienten ajenos a las matemáticas y nunca en su etapa de escolaridad han aprendido a ver esta ciencia como una opción de entender muchas razones de ser de nuestra realidad o de nuestro entorno.
De acuerdo a esto, considero que para que los estudiantes de básica primaria y secundaria logren comprender el álgebra, a lo largo de los grados incluiría situaciones problema que estén de una u otra manera conectadas con el contexto de los estudiantes y en la que se puedan abstraer variables que adquieran un significado para ellos; me reuniría con ellos fuera del aula, trabajando en otro espacio de la escuela en la que puedan entender mejor; todo esto, para que a medida que vayan aumentando de grado asuman la abstracción del álgebra como una plasmación de muchos problemas, eventos, circunstancias y situaciones de la vida cotidiana.
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